En Talent For a Better Society, sabemos que la presión por cumplir expectativas puede volverse agotadora. Te puede afectar en el trabajo, en los estudios, y hasta en esos momentos en los que solo quieres desconectar un rato, dejándote con una sensación de que nada es suficiente. Vamos a entender juntos esta sensación, explorar las causas de fondo y descubrir algunas claves para hacer que la vida pese un poquito menos.
¿Qué es la Ansiedad por Expectativas?
Pensemos en Emma Watson, la actriz que interpretó a Hermione en Harry Potter. Sí, esa misma. Aunque su éxito es mundial, Emma ha confesado que las expectativas de los demás (y las suyas propias) le han generado mucha ansiedad.
En una entrevista, dijo: —“Sentía que, si cometía un error, decepcionaría a todos. La presión por ser perfecta era abrumadora.”
Quizás no eres una estrella de cine, pero esa sensación de tener que cumplir con estándares altísimos puede ser familiar, ¿verdad? Te preocupas por no estar a la altura, por fallar o por no ser "lo suficientemente bueno". Y aunque no seas Emma Watson, ¡seguro que te identificas!
Los Consejos de Siempre que Todos Hemos Escuchado (y que ya hemos probado mil veces)
A ver si estos te suenan:
"No te preocupes tanto." Ya, como si tuvieras un botón de apagado.
"Sé más positivo." Perfecto, ¿y cómo?
"No te compares con los demás." Difícil, con un mundo lleno de redes sociales.
"Relájate y disfruta del proceso." Claro, cuando lo que menos puedes hacer es relajarte...
Estos consejos, aunque bienintencionados, muchas veces suenan vacíos, porque no tocan el problema real. ¿Quieres saber qué puede estar pasando en realidad?
Las Verdaderas Razones Detrás de tu Ansiedad por Expectativas
Si esos consejos no funcionan, tal vez es hora de buscar un poquito más a fondo. Aquí te traigo algunas razones de peso que podrían estar detrás de esa sensación de “¡tengo que hacerlo todo perfecto!”
a. Perfeccionismo: La Trampa de Querer Ser Perfecto
¿Te pasa que nada de lo que haces parece suficientemente bueno? El perfeccionismo es como una obsesión. Puede motivarte a hacer las cosas bien, pero a veces se convierte en una trampa, llevándote a sentir que nada vale.
Para algunas personas, este perfeccionismo es una manera de intentar controlar lo incontrolable. Estableces tus estándares tan altos que cualquier pequeño fallo parece el fin del mundo.
Aquí algunas señales de que el perfeccionismo está al mando:
Terror al fracaso: Un pequeño error se convierte en una catástrofe.
Necesidad de aprobación: No importa lo que pienses, sino lo que piensan los demás.
Procrastinación: Tantas vueltas le das a cómo hacerlo perfecto, que a veces ni lo empiezas.
Sugerencia práctica: Prueba la técnica del “progreso, no perfección.” Divide tus metas en pasos pequeños y celebra cada avance, aunque no sea “perfecto.” Eso ayuda a ganar confianza sin tener que cargar con el peso de hacerlo impecable siempre.
b. Comparación Social: Midiendo tu Valor con la Regla de Otros
Compararse puede ser un hábito, sobre todo en esta época donde ver la vida “perfecta” de los demás es tan fácil. Pero, como seguro sabes, compararse rara vez hace sentir mejor. Las redes sociales, con su despliegue de vidas idílicas, pueden disparar la ansiedad al hacerte sentir que nunca estás a la altura.
Sugerencia práctica: Redefine el éxito a tu manera. Haz una lista de tus logros y metas sin compararte con nadie. Así podrás construir una visión de éxito que no dependa de la aprobación de otros (ni de los “likes”).
c. Creencias Limitantes: Las Historias que te Cuentas
A veces, la ansiedad se alimenta de creencias que llevamos con nosotros sin cuestionarlas, como si fueran verdades absolutas. Estas “historias” que nos contamos pueden limitarnos sin que nos demos cuenta.
Algunos ejemplos:
"Si no soy el mejor, soy un fracaso."
"Tengo que gustarle a todos para valer."
"No puedo cometer errores."
Estas creencias te hacen vivir en un estado de constante “tengo que” y “debo,” y encima evitan que puedas disfrutar y hasta reconocerte los logros.
Sugerencia práctica: Practica el mindfulness o la autocompasión para observar tus pensamientos como si los vieras desde fuera. Reconoce tus imperfecciones sin juzgarte, porque en realidad todos tenemos nuestra versión de estos pensamientos, y no son verdades inquebrantables.
Otros Factores que Pueden Estar Afectando tu Ansiedad
Además de las causas principales, hay otros factores que pueden alimentar esa sensación de no cumplir con las expectativas:
Entorno Familiar Exigente: Crecer en un ambiente con altas expectativas.
Presión en el Trabajo o en los Estudios: Tareas y metas que se sienten imposibles.
Autoestima Baja: Cuando no te reconoces tus propios logros.
Miedo al Rechazo: Temor a no encajar o ser aceptado.
Cultura del Éxito: Una sociedad donde el logro parece más importante que disfrutar del proceso.
Un Nuevo Enfoque para Liberarte de la Ansiedad por Expectativas
Entender las raíces de esta ansiedad es el primer paso para superarla. Más allá de los consejos de siempre, se trata de buscar un enfoque que considere tu bienestar emocional y mental.
Pregúntate:
¿Estoy estableciendo expectativas realistas?
¿Me comparo en exceso?
¿Qué creencias limitantes estoy arrastrando que realmente podría soltar?
Recuerda que tus altos estándares no son una falla; son una estrategia que puedes adaptar para reducir la ansiedad. Aprender a “aflojar” esas expectativas te permitirá vivir con más ligereza.
Conclusión
La ansiedad por expectativas es complicada y va mucho más allá de simples consejos de “relájate.” Al entender sus verdaderas causas, puedes tomar medidas para soltar esa presión y disfrutar de cada paso.
En Talent For a Better Society, creemos que cada persona tiene su propio potencial. Si te identificas con lo que has leído y quieres descubrir nuevas maneras de gestionar estas emociones, estamos aquí para ayudarte. No dudes en contactarnos para que juntos podamos encontrar un enfoque más libre y satisfactorio.
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